Las relaciones humanas pueden derivar en conflictos intensos, especialmente en entornos familiares, de pareja, laborales o vecinales. En ese contexto, es habitual que se produzcan situaciones de tensión en las que se lanzan advertencias, insultos o imposiciones que —según cómo se interpreten o prueben— pueden acabar calificadas como delitos de amenazas o coacciones.
Tanto…
